lunes, 5 de septiembre de 2011

Would you hold my hand...


if I saw you in heaven?


Caminaban muy juntos, uno al lado del otro, evitando por todos los medios cruzar miradas. Ya era tarde, y el neón hacía su presencia en la casi vacía calle de la ciudad. Ella llevaba su vestido de flores, aquel que se le ceñía tanto a su cintura que arrancaba a su padre un gruñido de desaprobación y a él una taquicardia incontrolable cada vez que salía del armario. En nada comenzaría mayo, al fin y al cabo. Su casa apenas quedaba a dos calles de donde se encontraban, y él no pudo evitarlo. No podía esperar más. Quería disfrutar con ella aquel verano de 1986 que se acercaba ya a pasos agigantados, cansado de esperar siempre el momento perfecto para luego rechazar todos. Y se dijo que no había tal instante, que no existía, que en realidad, todos los momentos son idóneos para eso. Casi con furia, la atrajo hacia sí y la besó. Cien años no hubiesen bastado para borrar de su memoria la sonrisa que puso ella al separarse.
Fue entonces cuando, muy lentamente, y sin decirse nada, se dieron la vuelta para continuar caminando, sin atreverse todavía a cogerse de la mano.
Prometía aquel verano.

El 26 de abril de aquel año, Chernobyl vivía la mayor catástrofe nuclear hasta el momento.


Tres meses después, ella sí se atrevía a sostenerle la mano mientras a él se le escapaba la vida en aquella cama. No quedaban ya palabras que decirse, no quedaban ya lágrimas que llorar, no quedaban ya días de verano a los que agarrarse, ni besos que dedicarse, solo una leve caricia antes de quedarse sola.
Suspiró y salió a la calle, esperando a que llegase su momento, después de todo, ya nadie se libraba en aquella maldita ciudad.


Would it be the same, if I saw you in heaven?

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