lunes, 19 de septiembre de 2011

Las matemáticas en naranja.

Cuando terminó, se echó para atrás en la silla y respiró hondo. Luego contempló su creación. Todos esos colores, arremolinados y sin apenas sentido parecían darle vida al papel. Las letras, todas escritas con la misma tinta, se entremezclaban formando palabras cuyo significado no quería entender. No sabía si reír o llorar cuando comprobó que, en realidad, su obra de arte no era mas que el horario con más asignaturas de todos sus años de instituto.
Apoyó los codos en la mesa y la cabeza sobre sus manos mientras decía para sí mismo:




-La próxima vez lo haré en escala de grises.

1 comentario:

  1. Lenich, hay que darle algo de color a las mañanas de los próximos lunes. Y si tiene que ser en el horario, ¡qué lo sea!
    El invierno ya tiene bastantes grises él solito.

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