parecen el cuento de nunca empezar...

Que sepas que nunca, NADA, se arregló llorando. Pero así es como les gustaría verte. Así que aprienta fuerte los puños, contén el aliento, y sonríe, y sonríeles. Hazles creer que todo va bien. Clávate las uñas si hace falta, pero no derrames ni una lágrima...
...porque nunca, NADA, se arregló llorando.
Es más fácil sonreir que explicar la causa del llanto
ResponderEliminarNi se arregla ni se arreglará.
ResponderEliminar¡Hay que ser fuertes!