she knows...

Algo había desaparecido. Era extraño, porque en realidad, todo estaba ahí: las comisuras de sus labios se habían vuelto a curvar hacia arriba haciendo que parecieran más finos. Y asomaban ya sus dientes, blancos, perfectamente alineados. Pero faltaba algo. Fruncí el entrecejo, intentando concentrarme para descubrir qué faltaba. Y me fastidiaba no saber qué era. Se puso seria de repente. Rocé con la mano su mandíbula, recorriendo la línea de su clavícula, y luego dibujé de nuevo con los dedos sus labios. Y se volvieron a curvar. Y esta vez fue diferente. Era una sonrisa más pequeña que la anterior,
pero era su sonrisa.
Sonríe, vale la pena ser feliz
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