jueves, 18 de noviembre de 2010

Y dice la gente que ahora eres formal...

Me acuerdo de tu cresta y de tu pelo teñido.

De tu chupa de cuero, de tus pantalones ajustados.

De tu cara de chulo, de tus ganas de arrasar con todo a tu paso, de tu pitillo siempre a medio acabar.

Las noches interminables, las manañas sin poder levantarse de la cama...

¿Y luego?

Luego vino ELLA, la que no te importaba, la que te "la sudaba", literalmente. Sabía que te volvía loco. Yo siempre lo vi venir. Tú no. A ti todo te pilló por sorpresa. Te fuiste con ella, me dejaste.

Yo no. Y quiero que lo sepas. Que yo sigo aquí, y salgo todas las noches al viejo bar, y sigo pidiendo lo mismo, y sigo pidiendo para dos. Me emborracho. Las chicas ya no se me acercan. Ya no quieren mi calor, ya no es como antes, cuando nos las teníamos que apartar. Ahora gritan en cuanto doy un paso hacia ellas.Y conduzco. Sí, lo sigo haciendo. Durante toda la noche. Cuando me despierto, siempre me acuerdo de ti. Y de lo que me dijiste un día, sobre las siete de la mañana cuando volvíamos a casa con las chaquetas colgando del hombro.

-Eh, tio...-tu aliento tiraba para atrás, pero no me aparté-¿a ti no te gustaría ir a L.A?...¿Dejar un día esta ciudad?

-Joder, chaval, a dónde vas...pero eso debe de estar muy lejos...

-...

Te pasé la mano por el hombro y te dije:

-Pero si tu quieres, tío, cojemos el Cadillac y piramos.

Te reíste ante mi falta de conocimiento de geografía, y seguimos caminando haciendo largas eses a través de aquellos años ochenta...

Han pasado treinta años...

Sí, es verdad, nunca pude superar el pasado, nunca lo intenté, quizás, y por eso sigo aquí, borracho en el Cadillac...

Me pregunto qué pasará si piso un poco más el acelerador.

1 comentario:

won't you come out to play?