miércoles, 27 de octubre de 2010

Made in Irene.


Puede que alguna vez una tortuga te dijera que corrieras, pero lo hizo para que salieras del boulevard de los sueños rotos, y de la calle melancolía y no perdieras ese tranvía que te sacaría al barrio de la alegría y no te quedaras silbando otra vez tú melodía en la escalera tan sola, sentada, con tu sucia camisa y en lugar de sonrisa una especie de mueca. ¿Cómo no imaginarte?¿Cómo no recordarte hace apenas dos años? Cuando eras la princesa, de la boca de fresa,Cuando tenías aún esa forma de hacerme daño...


Aún no es demasiado tarde, princesa.



Puede que yo sea rara como un pato en el Manzanares y tú torpe como un suicida sin vocación, pero las dos juntas conseguiremos sacar adelante a tu corazón cinco estrellas, también a otros perros que nos ladren para volver a ser princesas, conseguir que el quiero gane la guerra del puedo, que ser valiente no salga muy caro, conseguir amor sin espinas y salir de ese callejón sin salida.


Porque tienes mas de cien palabras y mas de cien mentiras para no cortarte de un tajo las venas.

Y con champú de arena para tu melena de muñeca rota conseguiremos apartar nuestros dichosos problemas de nuestra mente. Pero escucha bien lo que te digo: que no te vendan por menos de nada, porque así el corazón se pasaría de moda.


Porque medio par de zapatos de clown locos por naufragar salieron a bailar y esos zapatos somos nosotras.


Yo me moriría contigo si te matan y me mataría contigo si te mueres.

1 comentario:

  1. Y una y otra vez, nos darán las diez y las once, y cuando la noche pinte sus labios de neón, los poetas urbanos saldrán de sus guaridas.

    Y los perros ladrarán a las princesas.

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