sábado, 10 de julio de 2010

Sin asíntontas entre nosotras.


Cuando me miraba con esos ojos, bueno, perdón, quizás sería mejor decir cuando me traspasaba con esos ojos, siempre tuve la impresión de que sabía a la perfección lo que yo sentía. Nunca le pude ocultar nada. Nunca quise ocultarle nada.

Cuando tengamos ochenta años, y las arrugas nos corten la piel al igual que cuchillas afiladas cortan la mantequilla, cuando canas hayan invadido sin piedad su brillante pelo, cuando hayamos dejado atrás más años que azucar en una gominola, entonces, y solo entonces, podré estar segura de haber hecho algo bueno en mi vida. Hablarle en aquella clase, que prometía ser aburrida.

Tanto tiempo dejará hondas cicatrices, a lo mejor, algunas ya han empezado a brotar, pero ninguna conseguirá separarnos.

Lo único que lamento en este momento, es no saber escribir como ella para dedicarle lo que en realidad, se merece.

Tengo años para aprender.

1 comentario:

won't you come out to play?