martes, 14 de diciembre de 2010

¿Donde está aquel rock and roll que me hiciste cuando eras poeta?

Me dijo mientras luchaba para mantenerse despierta. Yo la sujetaba como podía entre mis brazos mientras un desconocido le levantaba los huesos que habían quedado de esas piernas interminables que antes volvían locos a los niños de instituto. La cubrí con mi chaqueta, por si tenía frío, y me miró.

Fue ahí cuando recordé, y recordó, estoy seguro de ello, aquella noche en la playa, cuando me dijo que se iba. Que se marchaba a la ciudad. A conocer mundo. Le brilllaban los ojos entonces. Quería volar. A sus 17 años, se le había quedado pequeña la Tierra. Todos los chicos mataríamos por un beso suyo y las niñas se teñían de verde al verla llegar. Ella lo sabía, y caminaba siempre con la frente muy alta y la falda muy corta.


En el pueblo, todavía la llaman barbie superestar.



Pero se abandonó, y ahora ya no tiene alcohol en sangre, si no sangre en alcohol, y me suplica que me quede con ella. Una lágrima resbala por mi nariz al recordarla como era antes, hasta caer sobre su frágil muñeca.


-Sé que lo he hecho mal, pero no te vayas -insistió, mientras me agarraba de la camiseta con toda la fuerza que todavía le quedaba.


Yo solo pude inclinarme para contestarle al oído y con un hilo de voz:


-Terminaba tan triste que nunca loCursiva pude empezar.


1 comentario:

won't you come out to play?