Navegaba a la deriva en su mar de lágrimas perdida en aquel oscuro vacío. Bueno, en realidad lloraba en una esquina de su habitación, pero las palabras siempre han quedado más bonitas que los hechos, para que engañarse. Y en aquel momento, los hechos eran una mierda.
-Sé que no lo soñé -se decía a sí misma, mientras apretaba los ojos con fuerza y el reloj daba las dos de la madrugada.
La angustia queda muy bonita escrita, pero mata al corazón.
ResponderEliminarEle a ge erre i eme a ese.